Dominicos
Theotocópuli, conocido como El Greco (1541 – 1614), destaca sobre cualquier
otro pintor en la España de finales del siglo XVI y principios del XVII. Nacido
en Creta, emigró a Venecia y más tarde a Roma donde trabajo con grandes
maestros italianos como Tiziano y Tintoretto. Decide ir a España y, tras unos
años en Madrid, se establece en Toledo donde permanecerá hasta su muerte
trabajando para la corte de Felipe II, conventos y para la nobleza toledana. En
esta ciudad conoció a su esposa, nació su hijo y pintó casi 200 cuadros. Muchas
de sus obras maestras permanecen en Toledo: “El Expolio” y una serie de sus
famosos Apostolados se encuentran en la Catedral.
En la obra “La Sagrada Familia” del Hospital de Tavera, destaca la delicadeza del rostro de la Virgen que se dice es una idealización del de su esposa.
El Greco creó un lenguaje propio,
relacionado con el manierismo italiano, en el que fusionó sus raíces bizantinas
y el colorido de la pintura veneciana, con
la religiosidad española, patente en obras como “San Andrés y San
Francisco” (Museo del Prado), en la que la expresividad de los rostros y las
manos, crean un dialogo entre los santos.
En la obra “La Sagrada Familia” del Hospital de Tavera, destaca la delicadeza del rostro de la Virgen que se dice es una idealización del de su esposa.
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