La ciudad de Toledo, por su historia, sus
monumentos y los tesoros artísticos que alberga, puede considerarse un
auténtico museo al aire libre.
Se sitúa sobre un promontorio a orillas del Tajo
y se accede a ella por varios puentes, como el de Alcántara o el de San Martín.
A partir del siglo XII se convierte en la “capital de las tres culturas” y en
sus calles convivieron árabes, judíos y cristianos. En 1130 se crea la Escuela
de Traductores y, más tarde, Alfonso X el Sabio convierte a Toledo en el foco
cultural más importante de Occidente.
Durante el periodo renacentista, Toledo fue
“capital imperial”, y de su esplendor quedan ejemplos como la Puerta Nueva de
Bisagra, construida en 1550. Su fachada consta de dos poderosos cubos con
un cuerpo central que sustenta el escudo
imperial de la ciudad rematado por un frontón.
Como foco cultural de primer orden atrajo
a artistas como El Greco, pintor cretense que se instaló en Toledo y realizo
numerosas obras para la corte, la nobleza y la iglesia toledana, creando un
lenguaje pictórico propio, fusionando el manierismo italiano con la
expresividad de la religiosidad española.
No hay comentarios:
Publicar un comentario